Puntodis, galardonada por la Diputación con el premio Proyecto Innovador, ha dado el salto del diseño a la fabricación con el respaldo del fondo semilla de Seed Capital Bizkaia
En la medida en la que todas las personas puedan visitar un lugar, acceder a un servicio o utilizar un objeto, la accesibilidad será un hecho real. Ese es el reto de Puntodis: convertir los entornos en lugares accesibles. Todas las personas son capaces si el entorno no lo dificulta. Con esa premisa de partida, y consciente de que había mucho camino por recorrer, Jon Ibarra Arza decide emprender en solitario su aventura innovadora.
Situados en el polígono Igeltzera, en Urduliz, los promotores de esta empresa trabajan en una señalización ética para hacer mejor la vida de todos. Cuentan con un pabellón de 500 metros cuadrados donde se dedican al diseño, fabricación e implementación de productos y sistemas que faciliten la comprensión de ese tipo de información a cualquier persona, independientemente de que presente o no limitaciones funcionales.
Proyecto Innovador 2005
Solo un año más tarde de la puesta en marcha de Puntodis, en 2005, recibieron el premio Proyecto Innovador de la DFB. Un reconocimiento que les ayudó económicamente con una subvención para sufragar los primeros gastos de inversión que el proyecto requería. El punto de partida para su fundador, Jon Ibarra, era la calidad. «En el País Vasco se valora mucho y, por ello, lo primero que hago cuando monto Puntodis es conseguir el certificado de calidad a través del programa Premie de la DFB orientado al empresario y, a su vez, el certificado ISO de gestión de calidad«. Además, también se encargó de certificar el producto. «Cuando apuestas todo, hasta tu casa, y te juegas tanto, tienes que ir un paso por delante«.
Uno de sus objetivos era dar a conocer la marca Puntodis. Por ello, participa en los comités técnicos de normalización en Madrid y se reúne con altos cargos del mundo de la discapacidad para estar informado, aprender y dar a conocer la empresa. «Para mí -añade Jon- era importantísima la prescripción. Que te conozcan, que nos reconozcan como una empresa que hace las cosas bien«. Un trabajo de muchos años y de estar en contacto permanente con el mundo de la discapacidad. «El dinero no llega en el minuto uno. Primero te conocen y luego vienen los proyectos. Después, el problema es buscar quién los venda«.
Todas las oportunidades son buenas y hay que saber aprovecharlas. Traspasar fronteras es fundamental porque el problema de la accesibilidad es de todos. «En el País Vasco somos un ejemplo mundial de accesibilidad en comunicación sensorial«. Con la colaboración de Tecnalia, y a través del programa ELAN de la Unión Europea, Puntodis estuvo presente como ponente en un congreso sobre innovación en Colombia. Allí se establecieron contactos que van a permitir lazos importantes de colaboración. Hace un mes aproximadamente, el empresario colombiano Edilberto Rincón visitó las instalaciones de Puntodis en Urduliz. «Para nosotros es clave que vengan a vernos y vean ‘in situ’ lo que hacemos y cómo lo hacemos«.
Del diseño a la producción
En un primer momento, Puntodis ponía su conocimiento en el diseño, pero no en la fabricación. En el año 2009 deciden dar un salto y, para ello, contaron con el respaldo del fondo semilla de Seed Capital Bizkaia. «Apostamos por la producción y el capital riesgo nos ayudó«.
Pero la crisis también ha afectado a este sector. Las ventas descendieron considerablemente, casi un 50% respecto al 2012. «Es duro. Las expectativas no se cumplieron. Tuvimos que ajustar y volver a arriesgar con una nueva ampliación de capital. Yo lo tengo claro: es una oportunidad y vamos a tirar hacia arriba. La información es un derecho para todos y concienciarse de ello es tarea y responsabilidad también de todos«.
Ven con optimismo el 2016. El reto es establecer contactos a nivel internacional que se conviertan en futuros clientes. El punto de mira, en estos momentos, está en Colombia y, la meta, en que Puntodis se consolide como una empresa referente del diseño para todos.